Cómo sobrevive a una ruptura amorosa el signo de Aries

Para los nativos de Aries el amor es una cuestión de orgullo y de posesión. Nadie muestra a su pareja con tal brillo en la mirada como un cimarrón, y nadie se siente tan pleno de con su conquista como un Aries. La pareja es, para este signo, algo que se arrancado al tiempo y a la vida, y que significa la mayor de las recompensas: la de fundar un nuevo mundo, un hogar, una familia...

Cuando al amor se acaba para un Aries significa el sufrimiento de una caída, el derrumbe de sus ideales, la cancelación de un futuro… y por supuesto: un duro golpe a su orgullo.

¿Cómo afronta Aries una ruptura amorosa?
Aries pierde la calma ante los primeros síntomas de un problema de pareja. Se cierra a reconocer su parte de responsabilidad en el enfriamiento de una relación. Ante los primeros reproches, se aleja… y mantiene esa distancia hasta que considera que las cosas debieron arreglarse por sí mismas. Un truco que puede servir un par de veces, pero que a larga puede terminar con el fin de la relación por falta de diálogo.

Ante este hecho, Aries sigue en lo suyo. Y no cede para arreglar las cosas ni dar buen fin a la relación. Sus separaciones son abruptas y sin miradas atrás. Su orgullo no le permite otorgar disculpas o pedirlas. De manera que muchas de las cosas que se quedaron sin hablar dentro de la relación se van a quedar así: sin respuesta ni posibilidad de revisión.

De manera que Aries se aleja de las cenizas de un amor aún ardiendo por dentro, lleno de furia y reclamos. Y hace lo peor que se puede hacer para sanar una herida de amor: buscar a la siguiente persona que conquistar.

¿Cómo debería afrontar una ruptura amorosa el signo de Aries?
El orgullo es mal consejero del corazón, pues busca una retribución justa al amor propio. Pero ¿qué es justo en el amor? Algo que el orgullo no nos enseña es a ser humildes y aceptar. El trago amargo de una despedida se mezcla por muchas manos y con muchos ingredientes… Y lo mejor que podemos hacer es aceptar la parte de responsabilidad que nos corresponde, hacer las pases con quien ya no nos ama, y decir adiós con la cabeza en alto… pero con el corazón vacío de recuerdos y sensaciones tóxicas.

Entonces podremos reconocer cuánto nos ha dolido de verdad esta caída, y acudir a nuestros cuarteles de invierno. Así podremos sanar y descansar, dejar que el corazón aprenda de nuevo el acto de amar tras valorar la experiencia previa...

Sólo entonces podremos amar de nuevo.